El empleo y sus nuevas realidades

El empleo que viene: espacios, tiempos, sectores, empresas, empleos, oportunidades…

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Los nuevos espacios y tiempos del empleo: la globalización

Con la globalización vivimos un proceso de creciente internacionalización. Los mercados y las empresas se extienden alcanzando una dimensión mundial que sobrepasa las fronteras de los países. Los espacios de la economía y el empleo se mundializan.

Mientras, el tiempo vital se ha duplicado pero su distribución se ha desequilibrado. En la sociedad de los tres tercios -educación, trabajo y jubilación- a unas personas el tiempo les sobra mientras que a otras les falta dramáticamente. Ello puede conllevar la apertura de nuevas oportunidades de trabajo (gestión del tiempo escaso y del sobrante, ocupar el de unas y liberar el de otras) así como, por el contrario y en función de los valores aplicados,  la desestabilización masiva de las personas mayores (por soledad) y de las mujeres y hombres de mediana edad (por falta de tiempo).

 

Los nuevos sectores: el sector terciario

El peso de la agricultura en los países desarrollados es cada vez menor. La industria está sumergida en procesos de crisis y reconversión. El sector servicios es en este momento el motor de la economía mundial. En prácticamente todos los países occidentales la mayoría de los sectores que han mostrado un mayor crecimiento y dinamismo en los últimos años corresponden a la rama de servicios y, en el marco de la sociedad del conocimiento, esta polarización no hará sino incrementarse en el futuro.

 

La Sociedad del Conocimiento y el riesgo de la exclusión

Este nuevo sistema social, como apunta Manuel Castells - una de las principales autoridades mundiales en la sociedad de la información - se caracteriza por una tendencia a aumentar la desigualdad, la polarización y la exclusión sociales, a saber, el crecimiento tanto del vértice como de la base de la escala social. Y ello debido tanto a la diferenciación entre los perfiles laborales - lo que Castells denomina el trabajo autoprogramable y el genérico-, a la individualización de la actividad laboral, a la desaparición gradual del Estado del Bienestar y a la desvinculación de los individuos en tanto que tales y los individuos en tanto que personas trabajadoras/consumidoras en la dinámica del capitalismo informacional a escala global.

 

Las empresas: ¿quién genera empleo?

Las grandes empresas y el sector público ya no crean empleo al ritmo de antes. El empleo se hace pequeño, se organiza en unidades de inferior dimensión, se crea de uno en uno, de manera que el verdadero potencial de creación de empleo se ha concentrado en las pequeñas y medianas empresas.

Al mismo tiempo, son cada vez más las empresas inmersas en procesos de fusión empresarial. Sectores como el bancario son un ejemplo claro de estas concentraciones empresariales.

 

¿Y qué tipo de empleo?

El empleo estable y para toda la vida ya no es lo común. La carrera profesional se caracteriza por una gran flexibilidaden dos sentidos: en la transición de un empleo a otro y, dentro del mismo puesto de trabajo, en las competencias que son demandadas.

La nueva noción de puesto de trabajo casi obliga a cada persona a convertirse en una sociedad de servicios profesionales. Para ello, se precisa ser emprendedor o emprendedora de la propia carrera profesional, a fin de que los cambios e incertidumbres laborales no afecten a nuestro posicionamiento laboral. Ello debe verse acompañado por procesos de formación continua a lo largo de nuestra vida laboral, no sólo en relación al aprendizaje de competencias técnicas, si no también en capacidades actitudinales y aptitudinales que mejoren el posicionamiento frente al empleo y la empleabilidad.

Además, aparecen nuevas profesiones y nichos de empleo relacionados con: 

- Las Tecnologías de la Información y la Comunicación (los e-empleos) 

- El turismo. Se prevé un aumento anual del turismo del cuatro por ciento hasta el 2.020. 

- El medio ambiente. La investigación, la auditoría y la gestión del medio ambiente representan, en ese orden, nichos de indudable futuro. 

- Los servicios a las personas. Cuidado de la infancia y las personas mayores, seguridad, ocio, salud, vivienda, cultura, integración social… Más ante la aplastante realidad y proyecciones relativas al envejecimiento de la población.

 

Nuestro modelo económico y de empleo: un modelo con signos de agotamiento

Frente a este escenario mundial, y pese a los positivos datos de crecimiento habidos en los últimos años, los principales expertos y expertas en la materia están alertando acerca de la debilidad estructural de nuestro modelo económico y de empleo.

Un modelo de crecimiento más soportado en elementos tales como el consumo residencial y la construcción que en el posicionamiento en sectores y actividades acordes con las nuevas -y cada vez más complejas- realidades productivas. La economía de nuestros territorios está especializada en manufacturas tradicionales, poco intensivas en tecnología y con una mano de obra escasamente cualificada y, por tanto, sustituible. Sin embargo, la mano de obra ya no es barata, así que no puede competir con China o los países del Este de Europa.

En el extremo opuesto, nos encontramos con que estamos a la cola en investigación e innovación y lejos de ocupar un espacio dentro de la sociedad de la información y el conocimiento.

Abordar este reto es absolutamente esencial en términos económicos y de empleo y, para ello, la educación superior y las tecnologías son la clave. Es en ese contexto desde donde las mujeres pueden dar un gran salto, tanto para situarse más ventajosamente en los mercados laborales emergentes como para, desde esas posiciones, ejercer de motores del cambio y de la igualdad.

A ello cabe añadir, como afirman los expertos y expertas, que tenemos 'un mercado laboral desabastecido por la base' y una enfermedad crónica: la economía sumergida. Hoy existe una importante brecha entre las expectativas laborales de una población cuyos niveles educativos y de renta han crecido espectacularmente y la realidad de unos empleos que, cada vez, son más precarios e inestables. Un tema de enorme calado que se imbrica, además, con la llegada de inmigrantes y que supone un desafío complejo que hay que gestionar.